FIN DE AÑO EN MARRUECOS

27-12-07 al 3-01-08

 

Simpática crónica desde el punto de vista del coche nº 5

(Enviada por Juan)

Crónica en tercera/cuarta reductora:

 

Hola a todos. Aprovechando un descuido de mis dueños, os voy a contar algo del viaje al que me han sometido estas Navidades, ya que según he oído, mi dueño todavía no ha contado nada. Para empezar me presentaré, que sé que es lo que más os gusta, y qué mejor que hacerlo con un primer plano.

El viaje empezó el día 27 en Algeciras, donde conocí a los compañeros de viaje. Hay de todo (Nissan, Korando, Mitsubishi, más Toyotas, y hasta un Porsche, en fín, veremos qué viaje me dan). Me pusieron un dorsal (5) que no me gustó mucho por eso de las rimas, pero… Crucé el estrecho (según lo llamaban los humanos, aunque para mí estrechos son los caminos que a veces me hacen atravesar) metido en la panza de un barco. Allí me aparcaron y estuve quieto sobre 45 minutos. Una vez desembarcado, a la frontera y, pasada ésta, a Fnideq a dormir…. a la intemperie.

 

Por la mañana, empieza el viaje, aunque lo primero es hacer carretera para ir conociendo el andar de mis compañeros de viaje

 

Esta foto es del primer día, cuando todavía andaba limpito. Me habían montado una baca en el techo y me habían amariconado con unas faldillas, pero bueno. También me habían puesto una antenita en el techo, como a los teledirigidos

Todavía sin salir del asfalto, había algún que otro entretenimiento. El puente parecía más pequeño al llegar, pero las orejas no me rozan.

Por fin, después de otra noche a la intemperie (yo, que mis dueños sí que dormían cómodos según contaban por las mañanas) empieza algo de diversión. Son pistas parecidas a las que acostumbro a pisar. Lo que ya nos es tan habitual en mi zona es la nieve, pero bueno, era poca cosa y tampoco hacía mucho frío.

Aunque por la noche debió hacerlo.

Bueno, rumbo a Tinerhir también hubo tiempo para el descanso. La luz celestial me iluminaba mientras detrás mi jefa (esta sí manda, no el otro pardillo) se ponía las botas. Menos mal que a mí me habían dado de beber por la mañana.

Y mientras los humanos recargaban pilas (que poco aguantan sin parar) yo hablaba con un pariente algo mayor, que ya tenía experiencia en estos terrenos. Se le conocía en estos días como “dorsal 8”, y me dijo que venía desde Madrid. En fin, estuvimos hablando un rato de lo vivido hasta ese momento.

Después de retomar asfalto (que también se disfruta en él), volvieron a hacernos parar a yo no sé que de un té, y desde donde me aparcaron tenía a la vista la carretera que luego habría que afrontar, en la zona de las Gargantas del Dades.

Y tras atravesar las gargantas (ellos decían gargantas profundas y se tronchaban de risa…) y hacer noche en Tinerhir, a la mañana siguiente enfilábamos rumbo a Erfoud. Aquí ya empezarían las pistas y la navegación.

 

Os pongo una foto de mi dueño, que como seguro que termina por descubrir este post, igual se cabrea por poner a la jefa y no poner al empleado (según los oigo hablar cuando se me suben, es así quiera él o no). Como podéis ver, empezaban las llanuras sin fin.

Tras unos kilómetros de navegación pura con gps, reagrupamiento. Me toca esperar porque hemos hecho bastante bien el tramo, sin pérdidas ni contratiempos, así que a descansar un poquito

Bueno, parece que van llegando los demás, así que arrancaremos ya.

¿Me habrán perdido? Aquí no hay una puñetera huella, salvo las de mis ruedas. Por cierto, son las 840 y se han portado de maravilla. Llevan 40.000 kilómetros y no han sufrido ni un pinchazo, ni me han dejado atrancado una sola vez en las dunas. Bueno, en esto último algún mérito tiene mi sistema de tracción

La verdad es que el paisaje que nos rodea no da ninguna pista de por donde hay que ir. Por la emisora oía cosas como “hacia la duna bajita de la derecha” “no, al matojo amarillo”, “la acacia, la acacia”, pero no te sacaban de dudas. Benditos gps

Finalmente dimos con una pista que nos servía, aunque el paisaje seguía siendo igual de desolado. Pero bueno, yo llevando mi depósito con algo de líquido “tiro p’adelante”.

Dicen que también tengo un buen trasero, así que os lo enseño, que no me da vergüenza. Al fin y al cabo, no difiere mucho de los de los demás. Mis hermanos GX y VX lo tienen más respingón, la verdad.

.... tanto se han alejado para hacer la foto que creí que me dejaban aquí. Allá ellos. Creerán que andando van a durar mucho. Anda, anda, venirse p’acá (vivir en Andalucía es lo que tiene, se te pega el acento)

Por fin llegamos al Xaluca, en Erfoud. Allí me encontré con unos familiares algo más crecidos que yo y muy bien pertrechados. Me contaron que andaban supervisando el recorrido del Dakar. No tienen mal trabajo, aunque días después hubo suspensión. De todas formas están sobradamente preparados, como se dice ahora, así que no creo que queden sin trabajo. Siempre habrá otros terrenos que verificar. Fue una noche divertida, estos parientes tienen muchas historias a sus espaldas que compartir

Nos sorprendió el alba contándonos batallitas (ellos más que yo, porque las mías quedaban un poco eclipsadas, pero bueno, yo las conté de todas formas). Como siempre, hubo cachondeo con mi dorsal.

 

Y por fin las dunas.

Anda, ¿ya empiezan los espejismos? Ah, no, que éstos son de verdad

Yo tengo otro, pero más chiquito y que se cansa menos.

Empieza la juerga. La verdad, andaba un poco preocupado por no haber pisado nunca este tipo de arena, pero allá vamos.

No parece tan difícil, pero algunas dunas son traicioneras y nos ponen en apuros (de momento a otros, je, je)

Descubrí en estos días que hay unos vehículos muy simples que, sin embargo, se desplazan por las dunas de manera asombrosa

Bueno, pues parece que empiezan los problemas. ¿No te acuerdas que nos han dicho que hay que llegar a la cresta con algo de inercia? Bueeeeno, no importa, ya te ayudo yo. Trae la cuerda esa, anda.

Pero bueno, ¿otra vez? Ay, estos Nissan

Menos mal que los de nuestra familia siempre estamos dispuestos a echar una mano.

A pesar de todos los atranques (de los demás ¿eh?, que yo todavía no me he atrancado) conseguimos llegar al oasis de la gran duna, en el Erg Chebbi y, claro, teníamos que subir un poquito (algunos están cansados después de tanto luchar contra la arena) para la foto de rigor. Aquí todavía faltan un par de ellos

De vuelta hacia el hotel, todavía hubo algún problemilla, pero dio tiempo a sacar algunas fotillos apañadas (o eso dice mi conductor)

 

Otro primer plano mío, que para eso soy el protagonista

Tambíen hubo tiempo para hacer foto de grupo, aunque falta uno de mis parientes con trompa

Quise traerme una foto familiar, y aquí estamos los tres primos

Al llegar al hotel ¡Sorpresa! Otros dos primos, pero debían ser importantes porque, aparte de estar muy bien acondicionados, estaban escoltados por un Nissan y un Jeep, así que no pude compartir experiencias con ellos. Otra vez será. El caso es que me gustó mucho su look ¿me estaré amariconando? No, no, no, es que son bonitos de verdad.

Y bueno, antes del embarque, foto en el último hotel, sólo con asfalto a la vista. Como podeis ver, vuelvo intacto y sin heridas de guerra. Por detrás o por delante, sigo igual de elegante (je, je) Bueno, sí, estoy un poco sucio, pero todo se andará.

 

Para terminar, como tengo entendido que gustan las fotos, ahí van unas cuantas más captadas durante el recorrido. Primero, el típico cartel anunciador modelo artesanal (seguro que el té está bueno de verdad)

Los bichos que yo no había visto por mi zona, y que aquí te hartas de espantar.

Y las típicas pistas modelo: “¿iré bien por aquí? Da igual, no hay otra”

 

Álbum de fotos Fotos Crónica coche nº 5

 

 

Inicio Portada Rutas Escuela TT Fotos Contactar
Anterior El Circuito Eventos Enlaces Conpetición Desierto Ninos