Dunas de Marruecos en Semana Santa

16 al 24 de abril de 2011

 

Texto: Federico Granda

 

¡¡¡Una Semana Santa en Marruecos sin la gran caravana de los Niños se me ha hecho muy, pero que muy extraño!!!.

 

Debido a los temores surgidos en las familias, por los últimos incidentes acaecidos en los países árabes, la Organización de El Desierto de los Niños decidimos trasladar la celebración del viaje solidario, y ponerlo en agosto.

 

Con esta situación se me planteaba quedarme en España, por primera vez desde hace mucho tiempo en época de Semana Santa, o hacer una travesía a Marruecos, con muchos menos participantes, orientado a adultos, sin actividades para niños, aunque había cabida para ellos.

 

Así pues, organizamos una travesía, junto con Ocio 4x4, ofreciendo como atractivo las dunas de Marruecos: el Erg Chebbi y el Erg Chegaga, con planes de atravesarlos, además de pistas del Dakar, hammadas, ríos de arena, pasos de montaña, etc, etc … en suma una serie de componentes que hacían muy atractivo el viaje.

 

Pese a todo esto, nos costó mucho conseguir 8 coches para el viaje … el temor de inestabilidad en Marruecos por los sucesos de otros países árabes estaba en el ambiente y la gente prefería otras destinos para Semana Santa.

 

Después de pasar 8 días recorriendo más de 2.300 km por Marruecos, sólo podemos decir que la situación en el país es de absoluta normalidad. Lo único que me llamó la atención fue la menor afluencia de españoles en esta época … pero sólo de españoles, ya que personas de otras nacionalidades habían elegido Marruecos como destino de vacaciones de Semana Santa.

 

Normalidad en las calles de las ciudades, en los pueblos, en las carreteras, en los zocos, en los hoteles, …. Normalidad (como no podía ser de otra forma) en todos los sitios.

 

Hablando con los marroquíes, éstos comentaban que no entendían por qué los españoles habían dejado de venir … que Marruecos está muy lejos de los países donde realmente hay conflicto … que Marruecos no está en la misma situación política y social que los otros países árabes …

 

Para nuestra travesía nos dábamos cita en Tarifa el sábado 15 de abril, donde unos cuantos pudimos degustar de un buen arroz caldoso antes de embarcar hacia Tanger. Una vez pasados los trámites fronterizos, autopista hasta nuestro primer destino, el hotel Menzah Dalia en Meknes.

 

Primera sorpresa en el hotel, viendo qué poca ocupación tenía. Hablando con el director me comentó que había tenido muchas cancelaciones, sobre todo de españoles.

 

Después de la cena, primer ‘botellón’ en el parking, mientras arreglábamos el cableado eléctrico de emisora y gps del coche de ‘los pepes’.

 

Segundo día de enlace por carretera, con parada para ver los monos del bosque de cedros de Azrou y otras paradas obligatorias, como el aperitivo de las 12 y la comida … después de unas cuantas paradas y buenas tertulias llegamos a Erfoud, donde Jawad (Caracola) nos espera para is a visitar la Escuela El Desierto de los Niños y donde aprovechamos para dejar material personal que llevamos.

 

Después un tramos de pista y llegamos al Tombouctou, justo al pie de dunas del Erg Chebbi. Aquí ya tuvimos nuestra primera tormenta, aunque no era muy fuerte.

 

Después de la cena, una gran sobremesa en la terraza del hotel, con la tormenta ya calmada, con una luna llena espectacular y las siluetas de las dunas al fondo … éste es uno de los hoteles de Marruecos que más me gusta, por el propio hotel y por el entorno único.

 

Al día siguiente los más osados madrugaron (todavía de noche) para ver amanecer en camello (realmente dromedario, pero por comodidad todos les llamamos camello).

 

Después del desayuno, tocaba travesía del Erg Chebbi. En el grupo había 2 coches ‘novatos’ en dunas, cosa que no fue problema para el consenso de atravesar las dunas directamente desde el Tombouctou, haciendo directamente un rumbo 60º, hacia el Noreste.

 

Empezamos con dunas muy suaves y una leve clase teórica-práctica para los nuevos, para que fueran viendo cómo evolucionaban sus coches en la arena.

 

 

Poco a poco los pasos se iban complicando, buscando el valle de las grandes dunas y poco a poco íbamos avanzando, con no demasiadas ‘quedadas’, en las que apenas se perdía tiempo en los desatascos.

 

Sorteando las grandes dunas y buscando los pasos adecuados llegamos al valle, donde tomamos rumbo Sur, para buscar el paso entre dos grandes dunas y acceder a la vertiente del oasis de Oubira, al que llegamos a la hora de la comida, después de una bonita y técnica travesía.

 

 

Al salir del Oubira, un fuerte ruido en la transmisión delantera de mi coche … una homocinética rota … me quedé con tracción sólo atrás.

 

Buscando los pasos adecuados conseguí salir con tracción trasera al río. Sólo en paso de alguna olla, bloqueaba el eje delantero y conseguía pasar el obstáculo en tracción a 3 ruedas … el 80 es una máquina!!!

 

Al día siguiente larga travesía hasta Tagounite y luego a Mhamid, haciendo algún paso nuevo, como atravesar el Reherís más al norte de lo habitual y acceder al Portal de Belén por el norte, para llegar luego a la Villa de Tafraoute para comer. Después las grandes Hammadas del Kem Kem y acceso a Tagounite por otro palmeral diferente del habitual, mucho más tranquilo … y como ya venía siendo costumbre, a partir del medio día la habitual tormenta de arena.

 

Esta etapa la hice por carretera hasta Zagora, donde Mohamed ‘el Gordito’ ya me estaba esperando con la homocinética en la mano. En menos de una hora, todo cambiado y el coche listo de nuevo …. y qué precios … de risa!!!

 

Mohamed también notaba menos coches de los habituales por esta época.

 

Por la noche todos en Mhamid. Curiosamente tanto el Azalay como el Tabarkat estaban llenos estos 2 días. De hecho, 5 de nosotros tuvimos que dormir en una casa albergue la primera noche por overbooking.

 

Al día siguiente tocaba otra travesía de dunas, la del Chegaga. Acceso a las dunas por pista, tras unos 50 km. Después de la foto de grupo, todos a las dunas. Nos metimos bastante al interior, para luego buscar el río de arena, ya en el lago Iriki.

 

Bonitos pasos, al principio muy suaves. En la primera parada, la zona permitía que los conductores no habituales en dunas (generalmente los copilotos) pudieran practicar un poco en este elemento y hacer sus ‘pinitos’ en las dunas.

 

Quedando muy poco para salir de las dunas (unos 6 km), vemos una gran mancha de aceite en mi coche. Era líquido de dirección. Describimos un manguito que perdía líquido … lo quitamos y como pudimos intentamos tapar la raja del manguito … una vez puesto vemos que sigue perdiendo, pero bastante menos que al principio, por lo que decidimos salir por el punto más corto al río (4,5 km en línea recta).

 

Justo después de la reparación y de comer, la tormenta de todos los días.

 

Tras unos pasos más complicados, intentando evitar caer a las grandes ollas, llegamos al río y bordeando el Chegaga seguimos marcha, según lo previsto en la ruta. Al finalizar la arena, inflamos los neumáticos, en medio de una tormenta que ya empezaba a ser considerable. Una vez emprendida la marcha, observamos que alguna pista ya no se veía por la tormenta.

 

Parada obligatoria en el Oasis Sagrado, donde Vicente aún pudo coger un manguito del coche desguazado. La tormenta no importaba para que se montase una tertulia en el grupo mientras visitaba el Oasis.

 

Seguimos viaje y la tormenta aumentaba, hasta el punto que apenas se veía. En este momento, nos agrupamos todos y nos pusimos en cabeza, circulando entonces todos juntos, en fila, sin perder visibilidad con el coche que nos precedía. Así hicimos, y con visibilidad muy escasa, hicimos el río de arena de Mhamid y al final llegamos a nuestro destino … para muchos del grupo, tras una experiencia única y divertida!!!

 

La tormenta se prolongó por la noche y evitó que la velada la hiciéramos al aire libre …  pero la hicimos, a cubierto.

 

Al día siguiente tocaba una etapa de descanso, hasta Zagora, pasando por las dunas del Lihudi y llegando a Tagounite por el Oeste. Luego el paso del puerto por carretera y pista al oeste del palmeral del Draa. Sobre las 4 de la tarde llegamos al hotel de Zagora, después de la típica foto en el cartel de 52 días a Tombouctou ..  en camello.

 

Tarde tranquila, lavando los coches, de compras, etc, etc. Por cierto, ya sin tormenta!!!.

 

Después de Zagora comenzamos el regreso. Hacemos la carretera que bordea el palmeral del Draa hacia el norte, con alguna para ver y fotografiar las bonitas kasbahs de la zona. Al llegar a la carretera de Nekob, tomamos la pista que atraviesa el Jbel Sarro hasta El Kelaá M’Gouna.

 

Impresionante travesía de montaña, sobrepasando los 2.000 de altitud en algunos puntos, con paisajes y contrastes únicos.

 

Como llegamos a Boumalne pronto, nos dio tiempo a dirigirnos a las gargantas del Dades y poder verlas ‘de día’, cosa que no siempre ocurre.

 

Alojamiento y cena en el Xaluca Dades y como despedida boda por lo civil de Noelia y Edu, el la zona ‘chill-out’ del hotel, oficiando la ceremonia Gonzalo.

 

Al día siguiente todo carretera hasta Nador, donde embarcamos, camino a Almería, a las 10 de la noche. Cena en el barco y por la mañana despedida y final del viaje.

 

Un viaje genial, con un grupo encantador, una bonitas y variadas rutas, unas travesías de dunas sensacionales, paisajes increíbles …. y por qué no, la tormenta de casi todos los días, que adornaba más el entorno, y que no era capaz de disuadir las tertulias del grupo al aire libre …. todo en un marco de absoluta y perfecta normalidad!!!!

 

 

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