CRÓNICA (I parte)

ATRAVESANDO MARRUECOS
Las 21 personas y 10 coches que componían la expedición estábamos listos el sábado 30 de Octubre de 2004 para coger el último barco que nos llevara a Ceuta. De esta forma, pasábamos los trámites aduaneros por la noche y dormíamos en Marruecos, cerca de Tetuán, ahorrándonos el madrugón del día siguiente.

En esta ocasión se planificó atravesar Marruecos con algo más de tiempo que en los últimos viajes, haciendo etapas Tetuán - Essaouira, Essaouira - Tan Tan, Tan Tan - Dakhla y Dakhla - Mauritania, que aunque son largas, resultan bastante llevaderas.
El 2º día, después de pasar Agadir, de camino a Tiznit, el coche de Sergio tiene un calentón y se para. Después de que Jaime intenta "reanimarle", de decide dejarlo en Tiznit y que sea el seguro quien lo repatrie. Sergio y Toni se reacomodan en otros coches y deciden continuar el viaje.
3-11-04: DAKHLA - NOUADHIBOU
Eran los últimos más de 300 Km de asfalto, de rectas interminables del Sáhara occidental, que nos separaban de la frontera.
A la altura del Barbás nos encontramos con una plaga de langostas. Cientos de langostas volando y otros tantos muertas, cubriendo los laterales del asfalto de ese típico colo rojizo. Todo parecía presagiar que tendríamos más plaga en Mauritania.

Llegamos a la frontera Marroquí y la langosta seguía allí .... y todo parecía que nos iba a acompañar en toda la travesía.

Después de los trámites fronterizos nos dirigimos a la zona de nadie para llegar a los puestos policiales de la frontera de Mauritania. Nos habían dicho que la carretera famosa de Nouadhibou a Nouackchott ya estaba acabada y que habían hecho un enlace a la frontera, que esperábamos ver en funcionamiento, pero no era así. Tuvimos que hacer el mismo tramo de siempre y las casetas fronterizas seguían siendo las mismas.

Allí, en la frontera mauritana, estaba nuestro buen amigo Izidbih, director del hotel Al Jezira de Nouadhibou, para agilizar los trámites aduaneros, y con los seguros de los vehículos para poder circular por Mauritania. 
Y lo que es más curioso, en la frontera mauritana, a tan solo unos pocos kilómetros de la marroquí, ya no había langosta!!!

Desde allí nos dirigimos a Nouadhibou, cogiendo ya algún tramo (pequeño) de la famosa carretera.

Comimos cerca del cementerio de barcos, y pasamos la tarde preparando los coches, haciendo compras, etc, etc.

4-11-04: NOUADHIBOU - NOUÂMGHÂR
Ya comanzaban las pistas!!!  Nos levantamos temprano (como iba siendo habitual) para repostar y salir de Nouadhibou, primero en tramo de pista y luego algo de la nueva carretera. Justo al tomar la pista tuvimos la suerte de ver el tren.

Después, los 2 controles de policia y militar y al poco abandonábamos la carretera para meternos en la bahía, tomando dirección Sur, hacia el parque D'Arguin.

Al principio, la zona de la bahía estaba muy húmeda, haciendo que se avanzase con dificultad, pero luego encontrábamos las gandes llanuras y esas pistas rápidas. En febrero del 04 habíamos pasado por el mismo sitio, y todo estaba muy cambiado (en tan solo unos meses): había menos arena y mucho más "pelo de camello".

Paramos a comer en Ras Tafarit, en una de las khaimas que hay allí, en el campamento permanente. Al finalizar tuvimos algún que otro problema con el encargado de las khaimas, ya que nos quería cobrar por una hora de uso de su khaima lo mismo qus si hubiésemos estado toda la noche ... en fin ya sabemos un sitio donde no parar!!!

Al poco entramos en el parque nacional d'Arguin, donde pudimos disfrutar de sus pistas, sus paisajes, arena, dunas , en fin .... una gozada!!!
Se hizo una parada cerca de la playa, y Jose tuvo la feliz idea de acercar su coche mucho a la orilla, y .... se quedó!!!

Después de algún que otro intento y quedada al intentar sacar a Jose, proseguimos la ruta.

Al atardecer estábamos llegando a nuestro destino: Nouâmghâr. Un pueblo de pescadores situado justo al fin del parque D'Arguin, donde comienza la zona de playa por la que se puede circular.
Fuímos al camping de siempre y rápidamente un pescador vino a ofrecernos la cena, que guisó en su casa y luego nos sirvió en el camping. Después de una buena cena y mejor velada, dormimos unos en la khaimas del camping y otros al aire libre.

Por cierto, la langosta sólo había aparecido en determinadas ocasiones, y no en grandes cantidades .... hasta ahora estábamos teniendo mucha suerte.


 
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