CLUB TOYOTA KOBE 4X4

Ruta de las ramblas del Almanzora (Almería)

28, 29 y 30 de abril y 1 de mayo de 2007

 

Crónica de Raquel Gragera (1ª parte)

 

Puente de Mayo en las ramblas del Almanzora

 

Con la ilusión con la que los niños afrontan una gran aventura llegamos la familia Bastardés (Raquel, Fausto, Raquelilla y

Daniel) al Hotel Valle del Este, el 29 de Abril por la tarde. Desembarcamos como lo hacen los piratas en las islas a la búsqueda del tesoro y allí nos esperaban Inmaculada y Federico. Poco a poco nos fuimos encontrando todos los aventureros para una ruta que duraría dos días.

 

Al día siguiente, un copiosísimo desayuno nos esperaba a los participantes. En él algunos se atiborraron de comer, doy fe de ello, quizás pensando en aprovisionarse por si se quedaban atrapados a lo largo de algún punto conflictivo de la ruta. Posteriormente recibimos ilusionados las explicaciones e indicaciones de Don Federico (como dicen nuestros hijos) e Inmaculada, el

reparto de rutómetros y las risas de Fran. Estas  indicaciones distaron mucho de las recibidas en rutas anteriores; nada de vía de servicio, ni cafetería de carretera; todos acomodadísimos en unas  cómodas butacas al solecito de una terracita del hotel y, al fondo, el campo de golf y el Mediterráneo. Todo un lujo.

 

Ya con todo revisado nos dispusimos a emprender la aventura. Hubo que colocar algunas emisoras y revisar los últimos

detalles y..., por fin, ¡salida del hotel en dirección a Santa María de Nieva (Huercal-Overa)! Allí comenzaba la aventura, una ruta que se dirige al norte hacia Abejuela, en el límite con la provincia de Murcia, desde donde partimos hacia el sur para coger la rambla de Canalejas y finalizar en la desembocadura del Almanzora en la playa. No habían pasado ni diez minutos de la misma cuando, a través de canal 30 de nuestra emisora, los participantes ya reclamaban parada para cervecita. Paradita que por su puesto no tardó en consumarse.

Todos preparados para el inicio de la

gran aventura almeriense

 

 

Una de las primeras paradas de la mañana, con cervecita, patatas y aceitunas incluidas

 

A partir de este momento se inició una ruta apasionante por las ramblas del Almanzora, enfrentándonos, algunos más despacito que otros, a trialeras de subida y bajada, roderas, alguna piedra picuda colocada estratégicamente con toda seguridad, algunas piedras malignas que con ganas de cargarse los bajos de los RAV4 que hubo que, pala en mano, eliminar de nuestro camino, y algunos tramos de rambla con algo de agua que hubo que pasar algo más despacito. Pese a todos los obstáculos y dificultades, los pequeños RAV4 salieron airosos de todo, con el gasto energético correspondiente que implicó que todos los participantes estuvieran ya demandando la correspondiente paradita para comer.

Eliminando con la pala algunas piedras para que los RAV4 pudieran

pasar sin dificultad.

 

 

Todos los coches, incluidos los pequeños RAV4 salen airosos de los tramos con agua y piedras.

 

Por fin llegó la anhelada hora de la comida. Con mantel y mesas plegables, no faltó de nada: jamoncito, lomo, choricito picantito, ensaladilla rusa, tortillas, quesos, patatitas, aceitunas. No sé si estaba todo buenísimo o era el hambre que todos teníamos, pero allí estábamos en la gloria, compartiendo viandas y risas, chuches y bombones que Inmaculada tuvo a bien compartir.

 

 

 

 

Hora de la comida del primer día de ruta por las ramblas del Almanzora. No faltaron los bombones y el reparto de chuches que hizo Inmaculada entre los niños.

 

 

 

En todo momento Jara, la preciosa perra de Victoria y Carlos, se convirtió en la mascota de todos, recibiendo las muestras de cariño, tanto de niños como de no tan pequeños. Una perra, educada y cariñosa, que se convirtió en un participante más de la ruta, compartiendo con sus dueños incluso la inquietud y la angustia que supone desconocer si tu coche va a ser capaz o no de superar algunas de las dificultades y escollos del camino.

Una vez terminada la comida, el camino resultó fácil hasta nuestro destino final, la desembocadura del Almanzora. A pesar de que durante este trayecto parecieron prevalecer más las propias intuiciones de los participantes que las indicaciones del rutómetro, todos llegamos a buen término, disfrutando del placer que siempre supone la vista del precioso Mediterráneo. Jara compartió también con todos la alegría del momento.

 

Aunque la ruta había terminado por este nuestro primer día, aún nos quedaba por compartir juntos la visita a Mojacar. La feliz idea de algunos de acortar por las escaleras no fue muy bien recibida por todos; sin embargo, no hubo complicaciones

porque arriba nos esperaba esa cervecita y ese refresquito bien fríos que todos codiciábamos.

 

 

Después de un copioso desayuno, como no iba a ser menos, y de las explicaciones de Don Federico, iniciamos el segundo día de ruta con salida desde Serrón, recorriendo la rambla del Almanzora. Las ilusiones y las ganas de aventura no habían mermado nada en absoluto en ninguno de los participantes. Había marcha para rato. Por fin Javier, nuestro compi solitario, encontró copiloto: un poco joven pero lleno de ilusión y audacia.

 

Visita a Mojacar después de un día de ruta.

Dejamos los coches en un parking y subidita a pie por las escaleritas.

Por su puesto una vez arriba buscamos un sitio tranquilo para una nueva cervecita.

 

El copiloto más joven y audaz de la expedición por las ramblas del Almanzora.

Primer reagrupamiento del segundo día de ruta por el Almanzora. Momento para dividirnos en dos grupos.

 

 

Casi 80 km por carretera fue la distancia al primer reagrupamiento, debajo de un puente, con abastecimiento culinario incluido, para dividirnos en dos grupos capitaneados respectivamente por Fran y Federico. Como los RAV4 nos incluimos en este último grupo, pasamos a relatar las peripecias vividas en él, aunque al grupo de Fran no le faltaron incidentes y anécdotas que contar.

2ª Parte

 

 

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