Texto: Francesc Jiménez (Quico)

Fotos: Patricia Granda, Quico Jiménez

 

-- CRÓNICA DE UNOS RECIÉN INICIADOS --

 

Cuando unos recién iniciados en el mundo del todo terreno se plantean una salida como esta, están expectantes delante de la posibilidad de que haya una dosis  de emoción; el gusanillo que se ha ido moviendo durante los últimos días y que te hace imaginar cómo será la conducción, que lugares veremos,  cómo funcionarán los dichosos GPS y la radio (que por cierto la organización  puso generosamente a nuestra disposición), las comidas, hoteles, paradas, etc. etc.

Eso si antes de entrar en el prado, a modo de calmante, nos propinamos un día de cola y autopista antes de llegar a Albertville.

Tomamos contacto con nuestro grupo (MUY COMPENETRADOS) el resto de participantes  y la organización en el hotel,  y a la mañana siguiente: hacia Chamonix!!!

Ahí estábamos los cuatro fantásticos: Mercè, Laia, Guillem y Quico como cuatro pollos de aguilucho encaramados en un risco a punto de saltar al vacío y emprender su primer vuelo.

Y empieza la emoción con la primera trazada con giro en el aire en forma de clase teórico-práctica del funcionamiento de los aparatos. Pero al ponernos en marcha….   nada iba bien ¡que jaleo!, encima lloviendo de buena manera, cuando de repente Imma y Fede cual Superman y su novia, aparecen con sendos aparatos para cambiarlos por los otros (a esta acción la llamaremos a partir de ahora “PLIS-PLAS”) y en marcha.

Para contemplar el paisaje debíamos haber volado más alto para dejar la niebla que no nos dejaba ver las montañas y  que estaba hasta dentro del coche.

En Chamonix, tuvimos un despegue de altura en teleférico hasta la Aigulle du Midi, atalaya impresionante donde apreciar dos postales, la del Mont Blanc justo arriba y la de Chamonix atrás pintado en un magnífico valle. ¡Qué altura! ¡Vaya pedrusco! Parecía un decorado de película con pelotones de japoneses  agarrados a una barandilla.

Excepto el día siguiente camino Tignes, la organización respetó muchísimo las horas de salida teniendo en cuenta que todos queríamos descansar un poco más por las mañanas. 

A base de “PLIS-PLAS” constantes de Fede, Patri y Imma, fuimos cogiendo la mínima experiencia para controlar la navegación y al final sin perder de vista al resto del contingente, vas concentrándote más en tu grupo y las etapas se van haciendo fluidas. Vaya par de fieras Susana y Gemma navegando. Si…  EJEMMM cocinan igual….

El recorrido, como ya adelantó Fede, fue un continuo subir y bajar entrando en valles a cual más hermoso. Parajes muy frecuentados por los locales practicando ciclismo o caminadas (por cierto en la parte francesa parece que no tienen muy asimilado el compartir los espacios, ya que a veces, parecían recriminar el paso de los 4X4). Las cámaras de fotos,  que en ocasiones se van aparcando, funcionaron con la misma intensidad hasta el último día.

¿Listo Augusto?????. Pues vamos todos…….

Como hablábamos de aventura y emoción no podía faltar un reventón, que no pinchazo de una de las ruedas traseras. El corte que le produjo la pizarra al neumático, fue tan grande que no hizo ni ruido, solo un leve soplido y llanta tocando el suelo. Eso sí, aún no nos habíamos bajado del coche, cuando ya venía Fede con el buzo puesto (con el anagrama de RAID AVENTURA 4X4 debidamente bordado), la caja de herramientas y con otro PLIS-PLAS cambió la rueda y nos invitaba a seguir el viaje. La cosa no acaba ahí, ya que para poder seguir con garantías había que proveerse de otro neumático. Ahí el PLIS-PLAS se lo marcaron Rafa y Susana (desde aquí, un saco de besitos), que nos escudaron hasta GAP para localizar la cubierta.

Guillem ha disfrutado mucho con la conducción; se hizo cargo del volante todos los días. Casi hubo que pedirle por favor que nos dejara tomar cuatro baches y pisar algún charco.

Hemos dado un paso muy grande y positivo en el conocimiento personal con Laia, porque estas experiencias sirven además de otras muchas cosas para eso, para compartir y conocerse.

Lo más negativo –que por cierto se solucionó magníficamente-  en el Col de Turini, donde paramos a tomar un café, fue el descuido del macuto con la documentación y dinero para pasar el resto de los días. Nos dimos cuenta al mediodía al parar para comer el picnic, y salimos corriendo a desandar el camino por si tuviéramos suerte de que lo hubieran recogido en la cafería.   Fue una hora de desazón hasta que a mitad de camino Fede pegó un PLIS-PLAS y nos llamó para comunicar que había localizado el teléfono del restaurante y que tenían el macuto a nuestra disposición.  BUFFFFF…. Nos quedamos como la rueda que había reventado el día anterior.

Dejar las montañas y llegar a Niza y Saint Tropez  nos acabó de relajar, si si , cuanto RELAJO Y CUANTO LUJO.

Hemos entrado con buen pié en el mundo del 4x4 y vamos a hacer un esfuerzo para que el tiempo no nos haga perder contacto con los compañeros que hemos conocido, que de bien seguro si viviéramos más cerca compartiríamos muchas cosas juntos.

 

Excelente viaje. Si hay algo que mejorar, la organización seguro que lo sabe y lo hará.   

 

Asimismo nuestro agradecimiento por adentrarnos en el 4x4 de esta manera.

 

 

Inicio Álbum de fotos Crónicas Fotos