Sólo dunas en Túnez

8 al 17 de octubre de 2011

 

 

Crónica de Victoria López

 

 

SÁBADO 8 DE OCTUBRE

El punto de encuentro para los integrantes de la expedición “SÓLO DUNAS EN TÚNEZ 2011”, ruta organizada en conjunto por Ocio4x4 y Raid Aventura4x4, ha sido el hotel Campanille en Salon au Provence a unos 40 km. de Marsella.

 

La organización, Federico, Luis y Patricia fueron los encargados de recibir al resto de los participantes, quienes, en su mayoría, han podido dormir en el hotel, digo han podido porque nosotros, Vicente y yo, Victoria, no pudimos llegar hasta las seis de la mañana, por lo que no nos ha quedado más remedio que conformarnos con echar una cabezadita de dos horas en el coche.

 

La cita para desayunar es a las siete y media para después partir todos juntos hasta el puerto de La Jolliette de Marsella. Poco antes de llegar al puerto, a la salida de la autopista, dos de los integrantes del grupo fueron cazados por un radar de tráfico. ¡Atentos si alguien va a embarcar en el puerto de Marsella, el límite de velocidad está en 60 km/h!

 

Conseguimos llegar al puerto a la hora prevista y, mientras la organización se encarga de tramitar las tarjetas de embarque, es el momento del reencuentro para la mayoría de nosotros, viejos conocidos de otros viajes, solamente Rodrigo y Monti es la primera vez que viajan con nosotros, aunque todos esperamos que no sea la última.

 

Con bastante retraso con respecto a la hora prevista de salida zarpamos rumbo a Túnez, en una travesía que va a durar aproximadamente veintidós horas y que para muchos de nosotros va a servir para descansar después del largo viaje hasta Marsella. Nos reunimos todos en el salón de proa, lugar que será nuestro punto de encuentro para el resto del viaje

 

Aún sin salir del puerto podemos observar que el mar está muy picado, por lo que nos tememos lo peor para la travesía. Nuestras sospechas se confirman en el momento en que salimos del puerto, cuando podemos comprobar que el barco se mueve bastante. Eso sí, se trata de un movimiento que no parece marear a ninguno de nosotros.

 

Después de zarpar, el grupo ya al completo nos reunimos en el bar bufett para compartir nuestra primera comida en común. Más tarde una pequeña siesta en los camarotes y vuelta al salón para el que será nuestro primer “breafing” del viaje, en el que la organización nos comentará las pautas de la que va a ser nuestra aventura tunecina.

 

 

DOMINGO 9 DE OCTUBRE

Cada uno de nosotros “amanece” cuando le parece, “prisa mata hombre” como dicen en Marruecos. Es una buena sensación no tener nada que hacer hasta que el barco atraque en el puerto de Túnez, pero eso no va a suceder hasta pasadas las dos de la tarde.

 

Una vez que hemos llegado al puerto comienza el desembarco de los vehículos y los trámites aduaneros. El control de pasaportes se hace de manera rápida, lo que nos entretiene un poco más es la importación temporal de los vehículos, pero, aún así, no tardamos demasiado tiempo en concluir los trámites y poder salir del puerto.

 

Nos esperan todavía 462 km. para llegar a nuestro destino en el día de hoy, la ciudad de Tozeur. Los primeros de ellos se hacen por autopista, pero al ser domingo hay mucha circulación. Nos adelanta un grupo de BMWs, un Mercedes y un Golf que parece que están “echando carreras”, pero nuestra sorpresa no termina ahí, ya que el Golf que anteriormente nos había adelantado viene circulando, a gran velocidad, en dirección contraria por el arcén y tras éste el Mercedes, también por el arcén, aunque un poco más despacio y con los cuatro intermitentes puestos.

 

Una vez que dejamos la autopista, y según nos alejamos de la capital, el tráfico parece que se hace más fluido, pero aún así la circulación es bastante lenta. No salimos de nuestro asombro cuando adelantamos a una moto que va circulando por la carretera con otra moto cargada y atravesada encima del conductor ¡increíble, pero cierto!.

 

A buena hora, y con el tiempo justo de dejar las maletas antes de cenar, llegamos a nuestro destino, hotel Iberosar de Tozeur. Lo más divertido es que después de la cena, y para no perder la costumbre, improvisamos una tertulia “botellón” en el aparcamiento del hotel, mientras hacemos compañía a quienes están trabajando haciendo las últimas reparaciones a los coches.

 

El portero del hotel estaba realmente sorprendido de que estuviéramos en el aparcamiento en vez de reunirnos en el estupendo piano-bar del hotel.

 

 

LUNES 10 DE OCTUBRE

Aunque por poco tiempo aprovechamos bien la cama y la ducha del hotel, ya que vamos a acampar en las dunas durante las próximas tres noches.

 

El lunes a primera hora salimos de Tozeur con rumbo a Douz, lugar donde tendremos que avituallarnos de combustible y agua, ya que durante los próximos tres días no vamos a encontrarnos con ningún sitio habitado.

 

Antes de llegar a Douz hemos atravesado Chott el Jerid, gran lago de sal que ocupa unos 5.000 kilómetros cuadrados y que es la extensión de agua salada más grande de África. Lo atraviesa una carretera que en ningún momento podemos abandonar porque, aunque parece que el terreno es firme, es una trampa para los coches. Solamente con caminar sobre su superficie podemos comprobar que nuestros pies se hunden en el suelo. Se trata de un lago salado en su mayor parte seco, pero que en algunos lugares está inundado, hecho que sorprende a Luis y a Federico, que son los únicos que ya lo conocían, pero que nunca lo habían visto con tanta agua.

 

Nos detenemos para contemplar el chott y hartarnos de hacer fotografías; además de poder apreciar, y a sólo unos cientos de metros, lo que queda de un autobús que está varado en medio del lago

 

Una vez que hemos llenado los depósitos y los jerrycan dejamos el asfalto para comenzar a circular por arena, por una pista rápida que hace las delicias de todos nosotros.

 

Después de circular durante un rato por la pista nos reagrupamos en el café “La porte du Desert”, donde su encargado nos dice que ésta ha sido precisamente la primera semana que ven algo de movimiento de visitantes por las pistas después de la “revolución de enero”. Nos comenta que a los extranjeros parece producirles temor visitar Túnez, pero que no existe ningún problema para que lo hagan y nos anima a que cuando volvamos a España digamos que en Túnez hay absoluta normalidad

 

Prácticamente hemos atravesado el país de norte a sur y hasta el momento no hemos observado nada fuera de lo normal. Sólo en el sur, y por carretera, nos han parado en algún momento, pero simplemente se limitaban a saludarnos con amabilidad, desearnos buen viaje y dejarnos continuar sin mayor problema. Hay que decir que este aspecto no nos ha parecido demasiado extraño, ya que lo habíamos observado en repetidas ocasiones, y en este mismo año, en Marruecos, donde también habíamos podido comprobar una más que absoluta normalidad.

 

Hemos aprovechado la parada para tomar un pequeño refrigerio en el café, para continuar después por las pistas rápidas que rodean el Parque Nacional Djebil. Es a partir de entonces cuando comienzan a verse cada vez más dunas a nuestro alrededor. Es el momento de desinflar los neumáticos para poder circular con menor dificultad.

 

Parece que la cosa va bastante bien, ya que paramos a la hora de la comida en Timbaine, lugar en donde en principio estaba prevista nuestra primera acampada. Por lo tanto, y hasta el momento, llevamos medio día de adelanto con respecto a lo previsto por la organización. Comemos tranquilamente, aunque para agilizar la marcha no se le permite al tío Rafa sacar su Nespresso.

 

Una vez que hemos reanudado la marcha después de la comida podemos circular por dunas durante algo más de dos horas, no sin antes desatascar por primera y única vez en toda la travesía al HDJ 80 de Rodrigo que se había metido en un agujero. A su rescate acude Luis Garrote, que sirvió de amarre para que Rodrigo enganchara su cabrestante y poder salir. Lo que no se podía imaginar entonces Rodrigo que Luis le iba a cobrar el servicio en repetidas ocasiones.

 

Pepe y Pepa van abriendo paso por los distintos cordones de dunas y aún antes de llegar a nuestro lugar de acampada conseguimos recorrer unos cuantos kilómetros, para luego instalarnos con el tiempo suficiente para montar nuestras tiendas antes de que se ponga el sol. Hemos acampado en un lugar realmente espectacular, una llanura entre dunas, donde desde lo alto de una de ellas podemos contemplar y fotografiar el atardecer.

 

Después de la puesta de sol, ducha, tertulia, cena, otra vez tertulia en torno a la hoguera y risas y más risas…es el broche perfecto para un día perfecto

 

 

MARTES 11 DE OCTUBRE

La hora de levantarnos la impone la salida del sol, a las seis de la mañana Federico se recorre una a una las tiendas despertándonos a todos, pero mientras recogemos y desayunamos nos dan las siete y media cuando salimos de lugar de acampada para seguir avanzando.

 

Los primeros kilómetros se hacen sin dificultad, son las nueve de la mañana y “sólo” nos quedan diecinueve kilómetros para llegar al Lago Er Reched, lugar donde tenemos previsto acampar esta noche… ¡esto está chupado!. Sin embargo es a partir de entonces cuando las cosas comienzan a torcerse, la arena está muy blanda y se hace difícil continuar avanzando, mientras se traspasan los sucesivos cordones de dunas. A esto se suma que el coche de Rafa tiene un pequeño problema en uno de sus amortiguadores, lo que nos retrasa más de una hora, pero al final se consigue solucionar gracias a la intervención de Rodrigo y Vicente, sin duda dos almas gemelas. Es curioso ver como compiten los dos por llegar el primero a cualquier coche que tenga algún problema mecánico.

 

Seguimos camino y se produce el primer desllante en el coche de Javier, seguido de otro en el coche de Ángel. En total habrá siete desllantadas en toda la travesía, incluso Federico, el jefe, también desllantará en una ocasión.

 

Después de algunas “atascadas” intentamos abrir paso sobre un cordón de dunas pero va avanzando el día y los kilómetros que nos restan para llegar a nuestro destino no van disminuyendo. Es entonces cuando la organización, con buen criterio, aunque en ese momento pudiéramos desilusionarnos por no poder llegar al lago, decide que no vamos a intentar llegar hasta allí, sino que navegaremos directamente a otro way point con dirección norte… nos quedan muchos kilómetros de dunas y es importante que podamos llegar en dos días a Ksar Ghilane

 

Se puede apreciar un cierto desánimo en algunos de nosotros, por lo que se impone un receso con una comida tranquila para recobrar fuerzas y afrontar la tarde con otro ánimo.

 

Vamos atravesando uno a uno varios cordones de dunas haciendo un paso muy bonito con final en un pequeño tobogán que hace las delicias de todos. El atardecer se va acercando y tenemos que buscar un buen sitio para pasar la noche.

 

Se repite el programa de la noche anterior : montaje de tiendas, ducha, merienda, tertulia, cena, chistes y bromas ante la hoguera…..

 

 

 

 

MIÉRCOLES 12 DE OCTUBRE

Al día siguiente y siempre por las dunas continuamos nuestra marcha, y es al poco de salir del campamento, a primera hora de la mañana, cuando nos encontramos con una caravana de dromedarios que parece transportar a turistas extranjeros. Nos acercamos a saludarles y aunque los guías nos reciben con simpatía, a los turistas no parece que les haya hecho mucha gracia nuestra visita. Son las únicas personas con las que nos vamos a encontrar en los tres días de travesía en dunas

 

Seguimos hacia el norte intentando cruzar varios cordones de dunas con alguna que otra dificultad. En la ascensión a uno de ellos, y tras varios intentos, sólo consiguen subir cuatro coches. La arena está muy blanda y batida, por lo que parece imposible que los seis coches que quedan abajo puedan subir. Con lo que ha costado pasar el cordón no parece lo más acertado que bajen los coches que están ya arriba para reunirse con el resto, por lo que se decide que nos dividamos en dos grupos.

 

Después de algunas horas y unos cuantos cordones de dunas al final los dos grupos nos volvemos a reunir y continuamos avanzando ya todos juntos. Después de una “inclinadita” de Olga y algún que otro desllante, competencia ente Ángel y Javier para ver quién se lleva el premio, en cuanto a “cantidad y, sobre todo “calidad” de las desllantadas.

 

Una vez que estamos todos juntos notamos un cierto olor a gasolina en el coche de Luis, pero se soluciona fácilmente cambiando un manguito que se había roto.

 

 

Encontramos un sitio perfecto para la que será nuestra tercera acampada, coincidiendo con una preciosa luna llena. Para nuestra última cena de vivac hemos reservado un plato único para compartir entre todos: huevos fritos, migas, bacón, pimientos con tomate y lomo. En total llevamos veinte huevos y por extraño que parezca ninguno de ellos se ha roto ni en el camino ni en la sartén.

 

Después de la cena fuego de campamento todos reunidos alrededor de la hoguera…..

 

 

JUEVES 13 DE OCTUBRE

Como hemos montado las tiendas bastante desperdigadas, en la mañana de hoy a Federico le cuesta más ir de una a otra para despertarnos. Cuando Rafa y Olga desmontan sus respectivas tiendas se encuentran con un par de inquilinos que les han hecho compañía durante la noche, se trata de dos escorpiones que parecen bastante asustados cuando les descubrimos.

 

Ya nos quedan pocos kilómetros de dunas hasta llegar a la pista Douz que nos llevará al palmeral del Ksar Ghilane.

 

 

Casi al final de las dunas nos detenemos para hacer la foto de grupo… se nos están acabando las dunas y todavía no tenemos la foto. Jugando y jugando por las dunas Luis Garrote le hace pagar con creces a Rodrigo la eslingada que le dio el primer día, y hace que le desatasque unas cuantas veces.

 

Sin casi contratiempos en el día de hoy conseguimos llegar al café Grand Erg justo a la hora de la comida. Pretendíamos comer bajo su techo, pero los dos encargados nos cuentan que hoy es el primer día que han abierto y no tienen nada preparado.

 

Vicente había descubierto un poco antes un tirante del eje trasero que se había roto y mientras se prepara la comida lo desmonta para que no vaya golpeando y que se lo puedan soldar en el primer sitio que encontremos

 

Montamos entonces unos toldos entre varios coches bajo los que comemos tranquilamente para después, y siempre por pista, llegar hasta el campamento Pansea, lugar realmente espectacular, situado dentro de un palmeral.

 

En la pista que nos lleva al Pansea ocurre un hecho realmente extraordinario, el “jefe” Federico cede el puesto de mando de su HDJ80 a su copiloto Patricia, momento que ha sido inmortalizado para la posteridad.

 

Cuando retomamos la pista nos quedan muy pocos kilómetros para llegar a Ksar Ghilane. También comenzamos a ver indicios de “civilización”, llevamos más de tres días sin ver prácticamente a nadie y ahora empezamos a encontrarnos por la pista con motos y quads, que pertenecen a excursiones que organizan en los distintos campamentos de Ksar Guilane.

 

Llegamos a buena hora, con el tiempo justo de darnos un baño bajo el sol en la piscina del Pansea. Esta noche también vamos a dormir en tiendas, pero éstas no tienen nada que ver con las nuestras, son khaimas enormes, con una gran cama doble, cuarto de baño y aire acondicionado….. se trata de un lugar realmente bonito.

 

Hoy la cena es en el restaurante del campamento, sin embargo echamos de menos nuestro vivac, así como la hoguera de después de cenar, aunque esta noche nos hayan preparado un fuego en el jardín junto a la piscina.

 

 

VIERNES 14 DE OCTUBRE

La primera parte de la ruta de hoy es un bucle en las dunas que empieza y termina en el oasis, por lo que existe la posibilidad de quien no quiera hacerla pueda quedarse toda la mañana descansando en el hotel. Ninguno de nosotros parece estar muy cansado, por lo que el grupo en pleno se anima a hacer la ruta y despedirse de las dunas como debe ser.

 

El café que hemos tomado en el desayuno del Pansea no es igual que el de la Nespresso de los “Poceros”, así que tras algunas peticiones Rafa y Ángel montan su chiringuito cafetero en medio de las dunas….

 

Mientras el grupo va avanzando a través de las dunas, es el momento en el que Luis y Rodrigo quieren despedirse de ellas por todo lo alto. Se separan un poco del grupo y se van ellos solos. Se les ve a lo lejos y no sabemos qué es lo que pasa, lo único que se oye por la emisora es a Luis decir “cuando quieras Rodri” ¿por qué será?

 

No se producen muchas incidencias salvo el aparcamiento forzoso de Ángel contra un arbusto o la pequeña inclinada de Óscar que conducía en ese momento el coche de Iván.

 

La mañana de dunas culmina con el asalto a un antiguo fuerte francés tomando la delantera a un grupo de diez 4x4 franceses que pretendían hacer lo mismo, pero nosotros hemos llegado antes y colocamos nuestra bandera en lo alto del fuerte.

 

Se acerca la hora de la comida y toca ya volver al campamento para volver a inflar los neumáticos y hacer una comida conjunta en uno de los chiringuitos de Ksar Guilane, justo al lado de un pequeño lago termal.

 

Tras una sobremesa tranquila nos llega la hora de abandonar el desierto, y a partir de entonces, ya siempre por carretera, dirigirnos a nuestro destino en la noche de hoy, el hotel “Diar el Berber” hotel “troglodita” de Matmata, llamado así porque algunas de sus habitaciones tienen la peculiaridad de estar excavadas en la roca, lo mismo que muchas de las viviendas de la zona

 

Antes de la cena algunos de nosotros nos acercamos a Matmata Nouvelle, situado a unos 15 km., para intentar arreglar algunos problemas de neumáticos y encontrar quien nos suelde el tirante que se había roto en nuestro coche. Cuesta un poco localizar al soldador, aunque unos chavales que nos han acompañado se llevan la pieza y en menos de media hora nos la devuelven ya soldada. Sólo le queda a Vicente volver a colocarla en su sitio, lo que hace sin mayor dificultad en el aparcamiento del hotel antes de la cena.

 

Como todas las noches, cena y tertulia, aunque esta vez hemos cambiado la hoguera por la piscina del hotel, sin embargo el resultado sigue siendo el mismo… todos juntos en buena compañía.

 

 

SÁBADO 16 DE OCTUBRE

A primera hora de la mañana nos acompaña un guía local para enseñarnos las típicas casas trogloditas del pueblo, excavadas bajo la tierra. Hasta la filmación de la película “La Guerra de las Galaxias”, el pueblo de Matamata había quedado prácticamente abandonado. Es a partir de entonces cuando el pueblo entero se ha convertido en un reclamo turístico

 

Nuestro guía, tras llegar a un acuerdo en cuanto al precio por persona, se compromete a enseñarnos durante una hora las casas más significativas de Matmata. Pero cuando llevamos media hora de recorrido él da por finalizada la visita, dejándonos con la sensación de que nos ha tomado el pelo.

 

Lo cierto es que las casas son realmente curiosas, edificadas en torno a un gran agujero en la tierra que hace de patio central y alrededor de éste las distintas dependencias de la casa.

 

Abandonamos Matmata y, siempre por carretera, llegamos a la costa y desde allí continuamos dirección norte hasta la ciudad de El Jem, famosa por su espectacular anfiteatro romano, Patrimonio de la Humanidad, el más grande de África y uno de los mejor conservados de todo el Imperio Romano.

 

Visitamos el anfiteatro prácticamente el grupo al completo, excepto Federico y Luis, que junto con Pepe y Pepa, que ya lo conocen, nos esperan mientras se encargan de pedir comida para todos en un restaurante típico de la misma plaza del coliseo. Después de la comida otra foto de grupo, pero con dos integrantes nuevos, un dromedario y su dueño, que posan junto a todos nosotros.

 

Los últimos cien kilómetros antes de llegar a Hammamet se hacen un poco pesados ya que nos acompaña una lluvia incesante, en algunos momentos muy fuerte, que hace que estemos deseosos de llegar pronto a nuestro hotel.

 

Nos alojamos en el hotel Iberostar Belisaire de Hammamet, típico hotel de playa con todas las comodidades. Aunque se nos ha hecho un poco tarde, algunos de nosotros no queremos dejar pasar la oportunidad de visitar la medina antigua de la ciudad, pero cuando llegamos nos encontramos que prácticamente todas las tiendas están cerrando, aunque no impide que podamos hacernos una idea de la belleza de la medina que está situada justo al borde del mar.

 

Según van pasando los días va cambiando también el marco de nuestros sueños, hoy nos alojamos en el típico hotel de playa, plagado de turistas…. En sólo dos días hemos pasado de la más que absoluta soledad del desierto al bullicio de un hotel de playa lleno de gente.

 

 

DOMINGO 17 DE OCTUBRE

A la mayoría de nosotros, que nunca habíamos estado en Túnez, se nos hace difícil regresar a casa sin haber visitado, aunque sea sólo por poco tiempo, la medina de la capital. Es por ello por lo que la organización se va directamente al puerto a gestionar el embarque, mientras que el resto del grupo nos perdemos, aunque sólo por poco más de una hora en las calles de la medina, tiempo suficiente para hacernos una idea de su atractivo y prometernos a nosotros mismos que en poco tiempo volveremos, aunque sólo sea para pasar un fin de semana.

 

En la puerta de la medina nos encontramos con un personaje que nos oye hablar y se ofrece amablemente a acompañarnos hasta la casa del antiguo gobernador, desde donde su terraza se aprecia una magnifica vista de la medina. Este hombre vive en Madrid desde hace muchos años y trabaja en el mezquita de la M-30, pero está provisionalmente en Túnez porque ha ido a votar en las elecciones que se van a celebrar justo una semana después y que serán las primeras tras la revolución

 

Como estaba previsto y a la hora convenida llegamos al puerto a las doce del mediodía para comenzar los trámites de embarque y, al igual que en el viaje de ida, la salida del barco se hace con cierto retraso, sobre las tres de la tarde hora local.

 

Aunque es un poco pesado, las veintidós horas de la travesía de vuelta nos vienen muy bien para poder descansar, ya que una vez que desembarquemos en Marsella a la mayoría de nosotros nos quedarán más de 1.100 kilómetros para llegar a casa.

 

Sobre las cuatro de la tarde del día siguiente llegamos al puerto de Marsella, pero en esta ocasión con un poco más de pena, volvemos a estar en Europa después de decir adiós a África, que poco a poco va introduciéndose en nuestros corazones

 

Ya queda menos para volver ……. Insh Allah

 

 

 

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