V TRAVESÍA KOBE MOTOR

MARRUECOS

30-11 al 8-12 de 2007

 

CRÓNICA DE VICTORIA LÓPEZ

 

     La ilusión por ir a Marruecos sigue siendo la misma y no importa que en este mismo año ésta sea la segunda vez que cruzamos el estrecho. Tampoco, como siempre, y para no perder la costumbre, hemos conseguido llegar a Algeciras a tiempo de coger el mismo barco que el resto de grupo. Mis hijas, Silvia y Patricia, el mismo viernes han tenido que hacer exámenes, por lo que la salida de Madrid ha tenido que retrasarse hasta las dos de la tarde. Ni siquiera hemos podido parar a comer, sólo para repostar gasoil y hacer una “parada técnica” que no ha tenido nada que envidiar (en cuanto a la rapidez) a las paradas en boxes del mismísimo Fernando Alonso, pero, al final, hemos conseguido llegar a Algeciras a tiempo de coger el barco de las ocho y media.

 

     Cada año el grupo se va haciendo más extenso :

     La organización : Federico-Inma; Luis-Lucie-Jacobo-Charly-Martín; Fran-Toñi, que en esta ocasión les acompaña su hijo Pablo.

 

     En la modalidad de aventura 14 coches : David-Jalisco, a quienes se les uniría Martín; Belén-Luis-Irene; Luis-Pilar-Carlos; los Hermo :Rafael-Rafael-Vicente-Javier; Miguel; Rafael-Susana-Javier; y José Luis; los “pelucas” Juan Carlos-Meteorito-Francisco; y Gonzalo-Pablo; y finalmente el grupo más extenso y con mayor despliegue técnico :“la cagada del dromedario” Federico-Elena, Carlos-Ignacio, Javier-Miriam; Fernando-Ana-Carlos; y Tomás.

 

     Por último, en la modalidad de ruta 8 coches : Luis-Coral-Candela; Alberto -Lola; Miguel-Belén-Miguel; el único equipo femenino Irene-Marta;  Los Cogolludo Almudena-Miguel-Ruth-David; Julio-Mar; Eduardo-Regina-Adrián y.... nosotros Vicente-Patricia-Silvia y yo misma,  Victoria.

 

Como ya están las presentaciones hechas voy a intentar contar las cosas más importantes que ocurrieron en el viaje, aunque sin duda va a faltar mucha información de los equipos que no han ido en la modalidad de ruta ... ¡animaos y mandad alguna crónica del resto de los equipos!

 

     La mayoría del grupo cruzó el estrecho en el barco de las 7 de la tarde, sólo faltaron 2 coches, el nuestro que lo hizo en el barco de las 8,30 y Javier y Miriam que lo hicieron a las 10 de la noche. Lo importante es que a primera hora de la mañana del sábado ya estábamos todos juntos dispuestos a comenzar la ruta.

     Por ser el primer día Federico nos dio una pequeña tregua y nos dejó dormir hasta las 7 de la mañana ya que el desayuno estaba previsto que se hiciera a las 7,30 h. Después de los primeros “breafings”, uno para los grupos de aventura y otro para los de ruta, abandonamos el hotel de Fnidek para emprender una larga y aburrida etapa por carretera hasta llegar a Khenifra donde pasaríamos la segunda noche.

 

     La organización sugirió que la primera etapa se hiciera en la medida de lo posible por autopista para minimizar los posibles riesgos.  Seguramente sea más cómodo ir por autopista, pero es tan aburrido..... Eso sí, hay que agradecer a los organizadores la contratación del tipo del Maserati, a quien la policía de tráfico paró hasta tres veces por exceso de velocidad. Esto sirvió para que los agentes estuvieran entretenidos, no se fijasen en nosotros y nos dejaran en paz.

 

     Después de abandonar la autopista paramos a hacer la primera comida campestre del viaje, con rebaño de ovejas incluido. Después de la comida ya continuamos por carreteras secundarias hasta llegar a Azrou donde paramos a hacer compras típicas de artesanía de madera típica de la zona. De allí nos dirigimos hasta el hotel Atlas Zayane de Khenifra, donde fuimos recibidos por un grupo de músicos y bailarinas.

 

     Ese primer día después de la cena celebraríamos el cumpleaños de David “lagartijo” en el night club del hotel, donde no faltó la tarta y el “cumpleaños feliz” cantado a coro por todo el grupo.

     Este día todavía circularíamos bastante por carreteras asfaltadas, pero ya íbamos a tener la primera toma de contacto con lo que todos teníamos estábamos esperando ... por fin iban a llegar las pistas.

 

     Después de dejar la carretera más o menos asfaltada, teníamos dos opciones para llegar a las gargantas del Dades. Las dos por pista : una de ellas sobre el papel más fácil; sin embargo a la organización se le olvidó contratar a las máquinas quitanieves para que despejaran el camino. Después de muchos esfuerzos, incluso utilizando las planchas, no les quedó otra opción que desandar el camino y llegar por carretera hasta Boulmane.

 

     La segunda opción, la escogida por nosotros, iba por un puerto con la pista más o menos en buenas condiciones hasta llegar a  un punto en donde empezaba una trialera de 30 kilómetros que estaba previsto que se pudiera hacer en 3 horas (más o menos eso fue lo que tardamos y no nos entretuvimos prácticamente en nada, sólo en cambiar una rueda del coche de Miguel que tuvo un reventón, pero se cambió con bastante rapidez y proseguimos el camino sin mayor dificultad). La pista es francamente impresionante por los paisajes, llega a coronar un puerto a una altitud de 2.642 metros, donde había bastante nieve..... algo realmente espectacular. Parece mentira, pero es increíble que Vicente se encontrara en medio de esta pista a un compañero de trabajo que iba con otro grupo. Pero no termina ahí la casualidad, ya que a ese mismo compañero nos lo íbamos a volver a encontrar varios días después a la hora de la comida en la villa de Tafraute. Pensar que una de las razones de estos viajes es poder desconectar del trabajo....

 

     En este momento tuvimos que decidirnos por comer o llegar de día a las gargantas del rio Dades. Optamos por lo segundo y aún con el estomago vacío conseguimos ver el espectacular paisaje de las gargantas ... algo que no nos podíamos perder.

 

     Fue en el anterior tramo de la trialera donde Maireles tuvo un  percance debido a que golpeó la rueda delantera contra una piedra, doblando la mangueta de tal manera que el neumático rozaba con el trapecio superior. Para que el coche rodase y poder  sacarlo a carretera tuvieron que dar la vuelta a la llanta, sujetándola al buje como pudieron, pero se fueron segando espárragos, y tuvieron que ir sujetándola con tornillos varios, toda una obra de ingeniería, que les permitió, aunque muy despacio, poder llegar al hotel. Todo esto gracias a la ayuda de los pelucas que estuvieron de asistencia hasta que llegaron al hotel, y de los dromedarios que esperaron al final de la trialera para poder contactar por radio con Fede.

 

     Mientras tanto nuestro grupo consiguió llegar sin más dificultades al hotel, el nuevo Xaluca Dades, donde, a nuestra llegada, nos hicieron un tour para enseñarnos sus instalaciones. Lo hicieron tan bien que a Mar y a mí consiguieron convencernos, aunque tratamos de resistirnos,  para que comprásemos un forfait que incluía hammam, sauna, exfoliación y masaje de 30 minutos .... ¡un verdadero sacrificio!

 

     Sin embargo no todo puede ser bueno, ya que después de la relajación me esperaba una sorpresa : Vicente, Patricia, Fran y Garrote lograron descubrir de dónde venía un ruido que se estaba escuchando cada vez más fuerte dentro de nuestro coche. Descubrieron que se debía a una rotura del soporte del muelle y amortiguador, que se des-soldó del chasis, y que no nos iba a permitir continuar por pista hasta Zagora. Teníamos la opción de intentar repararlo en la sucursal de Toyota Kobe de Zagora, el taller de Mohamed “el Gordito”, pero tendríamos que ir por carretera hasta allí para que pudieran arreglarlo.

     De la etapa de este día entre Boulemane y Zagora poco puedo decir, sólo lo que contaron mis hijas, que se fueron con Garrote y familia en su coche, subieron por una pista un puerto de montaña, para después comer en el cauce de un río seco y llegar sin gran dificultad al hotel.

 

     Nosotros fuimos por carretera hasta Zagora, pero no lo hicimos solos ya que nos acompaño Miguel de Castellón y su familia, que tenían un neumático bastante perjudicado y no querían exponerse a volver a pinchar en una pista que, al parecer, tenía bastantes piedras. También en nuestro coche nos llevamos a la familia de Luis Maireles, el cual no tuvo más remedio que quedarse en el hotel Xaluca Dades esperando a la grúa desde las siete de la mañana hasta las cuatro de la tarde, cuando hizo acto de presencia.

 

     Mientras tanto nosotros habíamos llegado a Zagora donde “el Gordito” y su equipo rápidamente se pusieron manos a la obra con nuestro coche; al mismo tiempo que conseguían localizar, en un desguace de Casablanca,  una mangueta para el coche de Maireles.

 

Raja en el chasis

Reparando en la sucursoal de Kobe en Zagora

    

Durante todo el tiempo que nuestro coche estuvo en el taller de Mohamed Vicente no se separó ni un momento de él....(de su coche eh) ya que quería ver con sus propios ojos si lo arreglaban a conciencia o lo tenía que volver a reparar una vez llegásemos a Madrid. Realmente pudo constatar que la reparación fue hecha a conciencia, pero también con rapidez, ya que en aproximadamente cinco horas desmontaron todo el eje trasero y soldaron el  soporte al chasis..... el coche quedó como nuevo (dice Vicente que mejor que nuevo).

     Por la mañana, después de comprar las maquetas en madera de coches 4x4  que nos vendieron los chavales del pueblo a la puerta del hotel (algunas realmente muy conseguidas),  abandonamos Zagora para coger la pista que nos llevaría hasta Erfoud. Salimos todos excepto Fran Kobe que acompañó a Maireles hasta que estuvo reparado su coche. Parece increíble pero la mangueta llegó a las 8 de la mañana a Zagora y sólo un par de horas después el coche ya estaba arreglado, aunque la reparación no le iba a permitir circular por pistas, ya que Maireles detectó que la dirección no iba del todo bien,  pero no iba a renunciar a acompañarnos en las dunas.

    

Al salir de Zagora tomamos unas pistas, al principio llenas de piedras, para después, y tras pasar por un control militar, atravesar grandes hammadas por las que íbamos por pistas que permitían que los coches pudieran circular de forma paralela. Fue entonces cuando Patricia consiguió que su padre le dejase conducir; mientras que yo seguía de copiloto y él quedó relegado de “paquet” a la parte de atrás.

 

     Llegamos muy pronto a comer a la villa de Tafraute, al albergue Hamada Kem Kem, que en esta ocasión estaba lleno de gente : moteros, grupos de 4x4...  ¡parecía a un Vips un sábado por la tarde¡

 

     Cuando terminamos de comer alguien sacó un balón y se improvisó un partido de fútbol en el que jugaron juntos nuestros chicos, pequeños y grandes, con niños del pueblo. No hay nada mejor que un balón de fútbol para romper el hielo....

 

     Continuamos nuestro camino parando en varias ocasiones para entregar regalos a los niños. Todo iba transcurriendo sin ningún contratiempo, era bastante temprano y nos quedaban pocos kilómetros ... todo hacía pensar que podíamos llegar pronto y disfrutar del fantástico hotel Xaluca...

 

     Cuando llegamos a un agrupamiento Luiso nos llamó por la emisora porque  había tenido un “pequeño pinchazo”. Nos acercamos y nos encontramos con el primer problema, ya que no se podía encontrar la llave que sirve para poder descolgar la rueda de repuesto de su anclaje. Vicente se fabricó un artilugio con una llave inglesa, un destornillador y algo mas que encontró por ahí, para poder sacarla y después de un rato se consiguió cambiar la rueda y volver al punto de reagrupamiento.

 

     Allí nos dimos cuenta que nos faltaba el coche de Irene y Marta que no habían llegado al reagrupamiento. Entonces se planificó la forma de buscarlas. La mayoría del grupo con Garrote y los Hermo, que llevaban teléfono por satélite,  se adelantaría hasta el siguiente reagrupamiento para ver si estaban allí; mientras que nosotros y Luiso volveríamos hacía atrás al lugar en donde se les había visto por última vez. Quedamos en ponernos en contacto por teléfono una hora más tarde y decir la situación. El problema era que aunque no eran todavía las 4 de la tarde sólo nos quedaba una hora de luz.

 

     Mientras desandábamos el camino íbamos parando a coches y motos para preguntar si las habían visto. En el albergue donde se les había visto por última vez nos juntamos con Inma y Federico, que también estaban buscándolas. Afortunadamente poco después, Fede recibió una llamada telefónica de las chicas diciéndole que habían llegado antes que el resto de grupo al reagrupamiento y, como pensaban que ellas iban por detrás, continuaron hasta llegar a la carretera en donde, ya con cobertura telefónica, pudieron avisar. Realmente sentimos un gran alivio al ver que ya habían aparecido.

 

     Una vez que nos volvimos a unir todos continuamos ya tranquilos camino hasta el hotel Xaluca de Erfoud.

     Este día comenzó de una forma un poco triste, aunque nada tuvo que ver con nuestro viaje, ni con ninguno de los grupos.  Al poco de salir del hotel, Meteorito avisa por emisora que un ciclista ha sido atropellado por un coche y que parece ser que está en muy malas condiciones. A nuestros doctores Federico, Belén, Jacobo e Irene se les unieron Belén Kobe y Luis, enfermera y técnico del emergencias quienes con las planchas antiatasco improvisaron una camilla.  Jacobo y Belén se quedaron esperando a que llegara la ambulancia, que tardó mucho tiempo en llegar y sin prácticamente ningún medio. Ni siquiera tenían dinero para echar gasolina y trasladar al herido al hospital. Incluso llegaron a pedir 200 dirhams para poder echar combustible a la ambulancia y se les dio  el dinero para que pudieran trasladar al accidentado a Er Rachidia.

 

     Este suceso no pudo por menos que dejar impresionado al grupo entero, pero continuamos con la ruta prevista para la jornada, que nos iba a llevar a la primera toma de contacto con las dunas.

 

     Llegamos a buena hora al lugar en donde comenzaban las dunas de Ouzina. La organización dispuso los equipos y nosotros formamos grupo con Garrote y Miguel. Aproximadamente la distancia entre los way points de entrada y salida de las dunas es de nueve kilómetros, pero en los tres primeros parecía que las dunas habían desaparecido. Sin embargo según íbamos avanzando las dunas se fueron haciendo más grandes.

 

     Después de disfrutar de lo lindo con las dunas llegamos al albergue Ouzina Ahoir en donde teníamos prevista la comida. Pasamos al interior y comimos de la comida que nosotros llevábamos, además de pedir varias tortillas bereberes, que es una especie de guiso hecho con verduras y huevo en un tajine. La verdad es que las tortillas se hicieron esperar bastante, pero nos las comimos con gusto.

 

     Ya después de la comida no dirigimos hacia la carretera en una pista de polvo muy fino(fes fes) en la que no se veía nada.

 

     Cuando acabó la pista salimos a carretera y en vez de alojarnos esa noche en el albergue Tombouctou como estaba previsto, volvimos a dormir en el hotel Xaluca. Este cambio tuvo sus ventajas e inconvenientes, ventaja de no tener que hacer maletas y dejar la habitación y el inconveniente de no poder disfrutar el emplazamiento único, a píe de dunas, del albergue.  Bueno otra vez será......

 

     Cerca del hotel, en la carretera que une Rissani con Erfoud nos encontramos a Maireles y familia, que no nos han acompañado en el día de hoy, pero que han aprovechado muy bien el día. Están parados en la cuneta de la carretera, con el maletero de su coche abierto, abordando a los ciclistas que circulan sin ninguna seguridad de noche, sin ver y sin que les vean, para dar a cada uno de ellos un chaleco y pilotos reflectantes que ellos mismos colocaban en su bicicleta. Cuando hablamos con ellos a la llegada al hotel nos comentan que han repartido más de doscientos chalecos y pilotos.

     La ruta del día de hoy discurre bordeando la cordillera de dunas del Erg Chebbi, con un paisaje realmente espectacular. El color de la arena es algo que no puede describirse con facilidad, ya que va cambiando dependiendo de la luz del sol. A pesar de que tomamos fotografías en éstas no se puede apreciar realmente ni los colores, ni los relieves de las dunas y tampoco lo espectacular del paisaje.

 

     Después de un corto tramo por carretera nos juntamos para desinflar los neumáticos. La organización hace los grupos para agilizar mejor la marcha por las dunas, son los mismos que en el día de ayer, pero al nuestro se ha unido Maireles. Garrote va abriendo camino, por lo que lógicamente en ocasiones es él el que se queda atascado en la arena. En uno de los atascos Vicente intenta sacarlo, pero la arena es tan blanda que también se queda. Acude entonces Maireles que tira del coche de Vicente y cuando éste se desatasca los dos juntos consiguen sacar al coche de Garrote.

 

     Seguimos, pero, vez de bordear las dunas vamos adentrándonos en ellas, pero llega un momento en que estamos ya muy altos porque poco a poco hemos ido subiendo y las bajadas ahora se van haciendo cada vez más espectaculares. En este momento no nos queda más remedio que salir y buscar el way point por dunas más pequeñas.

 

     Llegamos a un pequeño oasis en donde viven un par de familias, que es en donde nos encontramos al grupo de Fede e Inma, que  están haciendo  apuestas para ver qué coche sube más alto en una duna bastante alta.

    

     Es allí en un marco incomparable donde paramos a tomar el aperitivo. Después de un rato proseguimos la marcha para llegar al way point de la acacia, que es donde está previsto hacer la comida.

 

     Tras la comida seguimos avanzando por el río de arena hasta llegar a un lugar, en donde vamos atravesando dunas. Allí nos encontramos con algunos grupos y llegamos hasta el pie de la Gran Duna en donde hicimos  varios intentos para llegar hasta arriba. Vicente y Garrote no consiguen subir con el coche, pero sí lo hacen andando y pueden disfrutar del paisaje incomparable que se divisa desde lo alto de la Gran Duna.

 

     Ya queda poca luz y no nos queda más remedio que salir del Erg Chebbi, paramos, entonces,  para volver a inflar los neumáticos y desde allí nos dirigimos a Erfoud donde esta noche nos alojamos en un hotel nuevo, el Chergui, donde, y para no perder la costumbre, también somos recibidos por músicos.

 

     Después de la cena tenemos todos una cita con Druiman, que nos ha convocado para efectuar un ritual casi mágico en una haima en el jardín del hotel. Meteorito, alías druiman, hace una puesta en escena fantástica del ritual de la queimada, va echando uno a uno los ingredientes, el aguardiente, la miel, la manzana y los granos de café, uno por cada uno de los lugares de origen de los integrantes de la expedición, incluso hay uno de la república checa en honor a Lucie. En la haima hace frío, por lo que la queimada nos sienta a todos muy bien. Ya un poco tristes, porque al día siguiente vamos a empezar la ruta de regreso, nos vamos a dormir.

     Está previsto que después del desayuno y antes de comenzar la ruta que nos llevará a Fes, se haga la foto de grupo. Nos colocamos todos junto a los coches, perfectamente uniformados con la camiseta de Kobe y enseguida emprendemos la marcha, ahora dividida en dos grandes grupos. Las mayoría decide hacer todo el camino por carretera, sólo unos cuantos decidimos hacer los primeros 50 kilómetros por pista para enlazar con la carretera antes de llegar a Er Rachidia. Sólo nos detenemos una vez a hacer unas fotografías junto a la “lápida Citroën” y  antes de salir a la carretera paramos a tomarnos un aperitivo para ya despedirnos definitivamente de las pistas.

 

     Pasamos por Er Rachidia , les gorgues du Ziz, Midelt, Sefrou, pero en esta ocasión no nos encontramos con nieve. Llegamos por la tarde al hotel y nosotros casi sin darnos tiempo a dejar el equipaje en la habitación nos vamos a la medina de Fes, pero nos encontramos que muchas de las tiendas ya está cerradas, aunque sí que puedo comprar algunos encargos de especias.

 

     Llegamos al hotel a tiempo de llegar a la reunión de despedida de la organización, ya que el regreso cada uno lo hará por su cuenta. Seguramente éste será ya el último momento en que estemos todos juntos.

 

     Nosotros decidimos, junto con Garrote y familia, llegar a Ceuta por el camino que atraviesa las montañas del Rift, vía Chefchaouen

    Por única vez en este viaje nos levantamos un poco más tarde, hemos quedado con Garrote en desayunar a las ocho de la mañana y conseguimos salir del hotel sobre las nueve.

 

    La verdad es que se nota que han hecho muchas autopistas nuevas porque la carretera que atraviesa el Rif, la que pasa por Ouazzane y Chefchaouen, no va demasiado cargada, incluso hay tramos que acaban de asfaltar. También es cierto que la marcha se hace más ágil porque sólo vamos dos coches.

 

    Llegamos a Tetuán sobre las 12 de la mañana, justo cuando lo hace Fede e Inma, que nos pasan porque la policía de tráfico nos ha parado en un control en la circunvalación de Tetuán por exceso de velocidad. La velocidad estaba limitada a 80 km/h y nosotros debemos de haber pasado como a unos 83-84. Garrote les dice a los agentes que no nos pueden multar porque hay un margen de tolerancia (está seguro porque ha sido multado en un viaje a Marruecos que hizo el mes pasado). Finalmente el policía nos quita la multa y nos dice que podemos irnos y por ser “le premiere fois”... ya, ya, es que Garrote se ha encarado con él y le ha enseñado la multa que le pusieron hace un mes en la que ponía que había un margen de permisividad.

 

     Después de pasar de forma bastante ágil la aduana llegamos al puerto a tiempo de coger el ferry de las 13,30 (14,30 hora española).

 

     Es la primera vez que a la vuelta de Marruecos no hemos parado a comer los huevos fritos de Los Abades, pero es que no apetecían a las 6 de la tarde.

 

     Ya entrando en Madrid nos despedimos por la emisora de Garrote, Coral y Candela. Llegamos a casa a las 10 de la noche, una vez más absolutamente satisfechos de los días que hemos pasado en Marruecos. Ya empezamos a contar los días que quedan para nuestro próximo viaje.

 

     Bueno, creo esto ya está acabado, al menos lo que ha ocurrido en nuestro grupo, pero, como ya dije al principio, faltan muchas cosas por contar, todo lo que ha pasado en el resto de los grupos....., pero eso sólo lo podeís contar vosotros. Animaos y mandad alguna crónica del resto de los grupos.

 

Un beso a todos y todas y hasta la próxima.

 

Victoria

 

 

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