ESPECIAL DUNAS EN REYES
 

 

Crónica de Suan Gerrero   

      

A la mañana siguiente al ir a desayunar nos sorprendió ver dónde estábamos, justo a pie de dunas! Esto se veía por la ventana del comedor:

Los dromedarios justo al lado.

 

Un hotel muy chulo, con habitaciones grandes y piscina:

 

 

Tras el desayuno salimos a bajar las presiones y nos pusimos en marcha. Las dejamos a 1kg para ver qué tal y...un desastre, el Alfa no subió ni la primera rampita. Comprobamos presión con otro manómetro y volvimos a bajarlas a 0,9. Luis iba abriendo con Pati e Irene en un 90 gris (creo que es un 90, le llamaban el abuelo) y yo iba detrás con Inma de copi. Hubo que parar de nuevo a bajar más las presiones pues al rato el Alfa volvía a enterrarse. Las revisamos y efectivamente, con el calor habían subido, las dejamos a 0,8.

 

Luis se encaramó por aquellos "brazos" estrechos, con huecos a ambos lados y pretendía que le siguiera...yo estaba acojonada. Agradecí parar a bajar presiones, y a recuperar el aliento. Recordé las palabras de la charla la noche anterior TRANQUILIDAD, hay que entrar a las dunas con respeto pero serenidad. Y eso hice, le dije al Alfa "sigue a ese coche" y eso hizo!! Sorprendentemente allí estaba, detrás de Luis, subiendo, bajando, cabalgando...de vez en cuando no subía porque teníamos totalmente prohibido volar en las crestas y para evitarlo a veces me quedaba corta, pero daba marcha atrás, tomaba inercia de nuevo y arriba!

 

 

Uno de los primeros ejercicios fue meter el Alfa en una olla que impresionaba bastante para mi primer día y luego sacarlo centrifugándolo usando las paredes. Me pareció súperdivertido. Ya iré añadiendo algunas fotos que me pasarán los compañeros.

 

Tras la olla empezamos a subir grandes dunas y a bajarlas. Yo no era capaz de pestañear, estaba alucinando de por dónde subíamos y bajábamos los coches.
Cada cierto tiempo íbamos parando para organizar la navegación y poner en común la estrategia de cada uno para acceder a un lugar.

 

….....................

 

Antes de continuar quiero agradecer a mis compañeros y profes del curso que me han pasado un montón de fotos, vídeos y hasta un resumen de lo que hicimos para que pueda organizar las fotos y no liarme con lo que hicimos cada día. Esta crónica tiene un poquito de cada uno de los que estuvimos, somos un equipo. Los vídeos los he dejado con sonido ambiente porque es una gozada escuchar el rugir de los motores, o los comentarios que hacemos, seguro que alguna carcajada os sacamos. jeje.

 

Continúo...

 

Parece que el Alfa ya se estaba acostumbrando al ritmillo de los demás, y que los ejercicios realizados iban dando su fruto: las ollas ya no parecían un lugar del que no poder salir, salía en línea recta y también centrifugando para coger inercia, los brazos de las dunas que en ocasiones eran muy estrechos ya no acongojaban tanto, porque aprendimos a tirarnos por si se rompían inesperadamente, y los toboganes ya no parecían paredes imposibles de bajar. Llevábamos buen ritmo y nos divertíamos como niños en un parque de atracciones.

 
 

 

En muchas ocasiones me quedaba a medio subir por no pasarme de gas y saltar demasiado y poco a poco fui aprendiendo a bajar marcha atrás y volver a intentarlo. Las primeras veces que me quedaba casi arriba y miraba para atrás por los retrovisores me quería morir...pensaba que me iría de lleno a la olla más cercana y me fui dando cuenta de que daba igual, que si iba hacia la olla también se podía salir, así fui estando poco a poco más tranquila, aunque he de decir que da mucha rabia subir y quedarse a medio metro de un paso y pensar que tienes que bajar marcha atrás todo lo que has subido...eso hacía que espabilara y cada vez fuera hilando más fino en el gas que necesitaba para pasar al otro lado o subir a un brazo. Por si no lo sabéis el FJ tiene una visibilidad nula hacia atrás, sólo puedes mirar por los retrovisores, así que aprendes a subir por no ir hacia atrás. jaaajaaa.

 

Yo seguía teniendo muchísimo calor a pesar de que la temperatura exterior no superaba los 10 grados, pero tanta concentración me tenía acalorada. Y el grupo que seguía avanzando, y subiendo, en este caso a una gran duna, pues parecía que aquello se daba bien. Yo por supuesto no iba a quejarme, pues estaba disfrutando un montón. Subimos a esa gran duna, de manera escalonada. El Alfa llegó sin problemas, paramos a tomar fotos y a comentar de nuevo la jugada para bajar desde allí.

 

 

Tras llegar a un consenso con las diferentes opciones de bajada, encontramos unos bonitos toboganes, una gran olla y de nuevo abajo para atacar otra de las grandes, la que llaman El Holandés. Ya arriba se veía claramente los toboganes de bajada y la verdad es que estos ya eran para tomárselos en serio... tanto que se me ocurrió preguntar por qué le llamaban "El Holandés" a esa duna... nadie respondía y me miraban fíjamente, así que mi siguiente pregunta, en tono de broma fue: "Bueno, ese señor aún vive, no?" y mi copi me miró y no respondió (glubbbb...tierra trágame), entonces decidí olvidarme del tema y tirar para abajo, ya preguntaría más tarde qué es lo que pasó, no me quedaría con la duda, pero ese no era el momento... ainssssss.

 

 

Son 4 toboganes hasta llegar al valle, y los disfrutamos un montón. Como niños pequeños.

 
Nos dirigimos a comer al Yasmina, y podíamos ver el contraste de la arena y las dunas con el agua del lago que se ha formado por las lluvias de los últimos días.

 

 

Me sorprendió muchísimo que en mitad del desierto hubiera un sitio así para comer, la verdad, y aunque no tenía mucha hambre, el tiempo que estuvimos me sirvió para relajarme un poco y que mis piernas dejaran de temblar, jeje.

 

Después de la comida continuamos coronando la C1 y navegando entre dunas. Nos encontramos un lugareño que había cercado una zona, había colocado palos y decía que era su terreno, la verdad es que estaba en medio de ninguna parte y pasamos sin más respetando y sin desmontarle el chiringuito, aunque sorprendidos :)

 

Tras una jornada cargada de emociones nos dirigimos a ver atardecer pero aprovechamos para realizar un juego de navegación. Dos coches se escondieron y facilitaron su ubicación, el resto del grupo tenía que encontrarlos buscando la manera más rápida y segura de llegar sorteando dunas.
 
Y por fin... atardecimos.

Las sorpresas no acababan ahí, pues bajo la duna en la que nos encontrábamos para ver atardecer había un campamento de khaimas y un individuo estaba jugueteando con un dron...si! un dron...lo movía de un lado para otro sin mucho sentido, hicimos muchas bromas con él. También con un chico americano que subió a la duna con una tabla de Snow y pretendía bajar...la verdad es que es increíble lo que uno puede encontrarse en medio del desierto, jiji.

 

          

 

 

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[El diccionario de las dunas 2ª parte] [4º día de dunas] [El regreso] [El grupo] [Lo que echaremos de menos]

 

 

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