CRÓNICA -- Etapa 6: Tan Tan - Essaouira La etapa del día era bastante larga y prometedora, con unos 427km por recorrer y con escenarios en constante cambio. Nos pusimos en marcha sobre las 5:30 de la mañana para aprovechar el día. Comenzamos bordeando los acantilados del Cap Draa , pasando por asentamientos de pesadores para descender al nivel del mar para continuar unos 40 km por la playa. Después pasaríamos un campo de tiro militar, una antigua fortaleza, visitaríamos el resto de un carguero encallado, llegando a Essaouira al atardecer.
Tratamos de batir un nuevo record personal: ¿Cuál sería la velocidad máxima a la que podríamos conducir sobre la playa? Para ello, teníamos que mantenernos lo más próximo posible al agua pero sin tocarla, que es la zona donde más compacta se encuentra la arena. Llegamos a sobrepasar los 180 km/h. ¡Toda una experiencia! Considerando que en nuestro país probablemente hubiésemos sido detenidos. En un momento de sobre excitación, empezamos a navegar con el coche, llegándose a mojar la centralita, con lo que se nos paró el motor. Según iba subiendo la marea, subía también nuestra adrenalina ya que el motor seguía sin arrancar. Finalmente después de insistir conseguimos arrancar el motor y salir escopetados de la playa. La marea tardó meramente unos 15 minutos en engullir lo que quedaba
Tras pasar un pequeño poblado llamado Fuumassaka , fuimos acogidos por una familia Bereber donde disfrutamos de su hospitalidad. Nos invitaron al te, nos mostraron cómo hacían el pan, e insistieron en que nos quedásemos a almorzar un Tajin aún no teniendo suficiente comida para todos. La hospitalidad y humildad de ésta gente con unos desconocidos, es una lección difícil de olvidar que uno se lleva en el corazón de éste viaje.
Abandonamos la pista antes de llegar a Sidi Ifni, donde continuamos por una serpenteante carretera de unos 150 km hasta llegar a Essaouira al anochecer. Una vez en la medina, pudimos unirnos al ajetreo de personas y disfrutar de la mezcla de olores de las diferentes especias. Entramos en un herbolario donde el vendedor además de ser el líder de una banda de rock marroquí con varios discos publicados, nos engatusó y degustamos el típico Té- Royal, compuesto por más de 20 especias diferentes que son mezcladas casi al azar entre las que se incluyen rosa, jengibre, pimienta, canela raíz, cárdamo y otra muchas que son desconocidas en nuestra cocina española. Como venía siendo habitual en éste viaje, despedimos el día con otra puesta de sol digna de película....
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